domingo, 3 de junio de 2012

Presunto jamón


En los aeropuertos, siempre procuro ponerme las gafas de sol.

Es un intento de adoptar una actitud de: “Pobres turistas mortales, todo esto para vosotros es una aventura, yo cojo más el avión que el metro… palurdos, pueblerinos, mentecatos, espantamoscas, abrazafarolas, sacacorchos”.
Todo esto lo pienso mientras avanzo sujetando fuertemente el DINA4 de embarque (esto ya ni es tarjeta ni es nada) y palpándome continuamente el DNI en el bolsillo. Cuando llego al control de rayos X, suelo sudar de manera abundante y visible, por los nervios. Tanto que aun habiendo hecho sonar el pipipipipipi de la puerta mágica, los encargados de los supuestos cacheos evitan ponerme una mano encima, por lo resbaladizo de mi atuendo y de mí mismo. Antes que acercarse a mí, prefieren que me saque los zapatos, los guantes, las diversas capas de camisetas y hasta el empaste para descartar que sea un peligroso terrorista. Lo dejo todo hecho una piscinita. Luego a algunos les hacen descalzarse, también. Chop chop chop. Chapoteos.

No soy un terrorista, agente, lo juro. No hasta que alguien no forme algún comando tipo “Acción Mutante”. Entonces sí, entonces ya hablaremos. ¿Que qué digo? Nada. Perdón. Son las voces. No, ¿voz? ninguna. Estoy bien, ya paro. No me toque con ese palo. Ya circulo, ya. No me he quitado los pantalones, es que sin cinturón se me caen.

Ahí tropiezo con los vaqueros, me caigo, me lamento y sigo mi camino.

Mi no demasiado bien fingida actitud de seguridad se desvanece totalmente cuando empieza el trabajo difícil: encontrar una pantalla donde ver la lista de vuelos con su puerta correspondiente y, habiendo conseguido llegar hasta ese extremo punto de “conocimiento”, encontrar la puerta de embarque indicada. ¡Tantas veces he acabado preguntando a guapas cajeras de los dutti free, llorando, abrazándome a ellas mientras les aseguraba que si perdía ese avión todo mi mundo podría venirse abajo y mi abundante fortuna desvanecerse! Suelo fastidiar la cosa cuando acaban viendo que mi vuelo es de Ryanair.

Al final siempre se encuentra la puerta. Y se hace cola. Y al final siempre hay niños que gritan y juegan, y padres que les gritan en lugar de darles el collejón adecuado.  Yo sigo convertido en estrella del rock que está de vuelta de todo, aun con el pulso temblando a la hora de enseñar el carnet de identidad. No tiene chip, se cayó. No sé si pasa normalmente, pero a mí sí. Tengo miedo, claro: ¿y si ponen pegas? ¿y si la ausencia de chip, sumada a la foto donde no me parezco a mí mismo les hace dudar y me impiden subir al avión? Tartamudeo ligeramente mientras enseño el carnet y chorros de sudor vuelven a cubrir mi cara, mi cuello, mis hombros y se canalizan todos hasta el ombligo, llenándolo, desbordándolo y convirtiéndolo en una bonita fuente oculta bajo la ropa.

En el finger (perdonad la terminología técnica, pero los ávidos viajeros somos así) empiezo a volver a ser el humano que realmente se esconde bajo esta cara de hombre viajado. Ese proceso se ve completado cuando me siento y relajo la barriga momentos antes de comprimirla bajo el cinturón de seguridad. Abro el libro, saco la bolsa de gominolas y empiezo a devorarlos a ambos.

8 comentarios:

  1. Hacerse el "trotao" en los aeropuertos es tan triste como hacerse el "trasnochao" en los bares...al final siempre se nota la impostura, sea por el sudor frío de tener que enseñar la papela o porque se te caen los pantalones frente al control de entrada policial y dejas caer un "ya estoy aquí", como me pasó a mí al pisar Irlanda...si intento pasar más desapercibida no lo consigo....y eso que aún no había pisado ningún bar, Temple Bar...

    Kisses (anda q menuda me la has liao con tu comentario, me voy a pasar la tarde intentando resolver el puto geroglífico y seguro que luego es todo una burla....grrrrrr....échame una manica, anda, sé bueno...).

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  2. Una burla?? Jamás!! No sé por quién me has tomado.
    Pista: empieza con tu firma. El resto es una afirmación-piropeante. Hay una palabra que has usado siete veces en el post y un verbo "posesivo" que no has utilizado, en presente de indicativo. Toma ya.

    En los bares no sé ir de trasnochado. Cuando entro suelo tener los ojos muy abiertos y miro alrededor, descubriendo cosas colgadas en las paredes y personas apoyadas sobre sus patas. Después de 4 o 5 refrescos de piña ya me suele entrar el sueñecito y la imagen que doy es más triste y entrañable a la vez.

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  3. Tienes un buen blog, Sr.Pérez. Me han entrado ganas de hacerme una piña colada mientras escucho 2Music for Airports" de Brian Eno. Saludos. Borgo.

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  4. Joder, no hay derecho, me has pillado en muy baja forma este lunes, le he dado vueltas y sólo me salen gilipolleces lisérgicas, ¡por dios, me rindo!.

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  5. Un honor su visita, señor miquel zueras. El Eno es mutuo. Una reverencia y un abrazo.

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  6. Sincopada, tú lo que eres es una vaga del copón... a mis brazos!!

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  7. En Lusitania el jamón siempre será presunto y más de raza "bizarra"...
    Aquí siempre queda demostrado, salvo nuevas copias orientales
    Salud y libertad d:D´

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  8. Mucho luso en Lusitania! Y mucho jamón en Extremadura (que aunque ellos no lo sepan, también son portugueses, como usted, como yo y como la humanidad ella entera, pues son los continentes tan solo un huerto de un señor portugués con bigote y gorra... como los de antes). Gracias por pasarse por aquí, BD, señor del puro. Más responsabilidad. Glubs.

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